domingo, 20 de octubre de 2019

Maria Guixà: "Las competiciones mixtas no son una solución para combatir el sexismo"

Cronómetro de Récords entrevista a la periodista deportiva de Catalunya Ràdio especializada en natación y waterpolo

Maria Guixà en el XIII Fòrum Olímpic. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

Toni Delgado / Barcelona

—¿Cómo te colocarías si la Jennifer Pareja del panel fuese la real? 
—¡Qué honor! Pues... Cogería la pelota como ella. ¿Así va bien? –propone, campechana, Maria Guixà, periodista deportiva de Catalunya Ràdio especializada en natación y waterpolo. Acaba de participar en la mesa redonda La igualdad de género en los deportes emergentes, del XIII Fòrum Olímpic, en el Museu Olímpic i de l'Esport Joan Antoni Samaranch.

A pesar de ir apurada de tiempo, Maria Guixà se deja la piel en la entrevista como cuando es ella la entrevistadora. Fue campeona estatal en categoría promesas de heptatlón y de salto de longitud, y vivió en la residencia Blume y en el CAR de Sant Cugat. Es empática, minuciosa y tiene 1.200 ojos.  

—Cuando una jugadora hace, por ejemplo, un 0/15 en tiros, se suele destacar su esfuerzo y la falta de puntería. Con un jugador se tiene menos tacto: "Partido horrible".
Hay paternalismo. En general, nos cuesta vender que las competiciones femeninas tienen la misma importancia que las masculinas. Se cae mucho en mencionar a quien ha reforzado los hábitos que han conducido al éxito a las deportistas, como el entrenador o los padres que las llevaban a los entrenamientos. A veces la crítica hacia las chicas es más liviana por miedo y falta de normalización. También para que no se nos pueda acusar de machistas. El paternalismo nos hace elogiar otros aspectos.

—A veces las reacciones a los comentarios críticos sobre la actuación de una deportista son feroces. Hasta el punto, creo, de condicionar el análisis de quien narra y desgrana la competición. Y la crítica se rebaja.
Puede ser, y es fruto de la sobreprotección. Parece que cuando a la deportista no le van bien las cosas necesite una red de apoyo superior que un deportista. ¿Por qué sucede esto? Porque creo que conservamos el estereotipo de mujer débil y que no está capacitada para digerir las críticas. Responde a un déficit cultural. No consideramos a la mujer igual que al hombre.

Joan Manuel Surroca, Blanca Nualart, Joan Porcar, Susana Closa, Kira Menén, Susanna Soler y Maria Guixà. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—Un paso adelante sería que muchas deportistas aceptasen mejor la crítica y se respetase más a los y a las analistas, que tienen derecho a decir lo que vean. Otro debate sería el cómo.
Sí. La mujer tendría que saber aceptar las críticas cuando se equivocan y quien opina, hacerlo con total libertad y sin que el género le condicione. 

—¿Qué es para ti el lenguaje sexista más allá de lo que has comentado en la conferencia, como "las chicas de Miki Oca" o "Las Guerreras"?
Adjetivar el deporte, algo que, inconscientemente, he hecho muchas veces. El deporte no tiene género: es deporte. ¿Por qué nunca decimos deporte masculino? Porque presuponemos que el deporte es masculino...

—Empezaste tu carrera periodística cubriendo la actualidad del Barça. ¿Pensabas que acabarías dando el salto a otras secciones?
Llegué directamente del mundo deportivo, del atletismo, mi universo hasta entonces. Ni en ese momento escogí Barça ni después, natación. Fue una cuestión de estructura de  redacción. Me encontré con el Barça, seguramente el objetivo al que aspira mucha gente y un mundo muy alejado del que había vivido. Un universo que suele escaparse del deporte, un mundo de despachos, intereses o lógicas que no eran mi día a día. Yo entendía más el deporte de calle, de competición...

—Con menos distancia con las y los protagonistas y más posibilidad de hacer cosas.
Sí. Aunque también es la evolución. Quienes habían hecho Barça antes me contaban que habían podido coger al jugador  que querían después del entrenamiento. Ahora el club elige quién saldrá a la rueda de prensa. Ha cambiado su manera de vender la información. Ahora cuenta con sus propios canales.

—También los propios jugadores.
Sí. A veces un tuit de un jugador tiene más repercusión que una declaración ante los medios. A mí me gusta tener relación con los y las deportistas porque yo lo soy. A veces me siento más deportista que otra cosa.

Los apuntes de la entrevistada durante la mesa redonda. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—¿A veces te sientes más deportista que periodista?
No caería en ese titular. Digamos que siento una gran empatía por los y las deportistas porque hablamos el mismo lenguaje. Salvando las distancias con alguien que tiene oro(s) olímpico(s) y/o mundial(es), vengo del mismo sitio. La esencia es la misma. 

—"Haber sido deportista me permite comprenderles y ser mucho más justo con las preguntas y las valoraciones", confesaba Sergio Heredia, periodista de La Vanguardia, a Cronómetro de Récords en mayo. ¿A ti te sucede lo mismo? 
¿Más justa...? No lo sé... Siempre intento serlo con todo el mundo. Sí que me ha ayudado a tener un lenguaje mucho más cuidadoso, a entender mucho más a quien compite, a saber más de preparación física, de prevención de lesiones... 

—Te da más olfato y contexto.
Por supuesto. El contexto es básico. Ser deportista me proporciona más lenguaje y herramientas. Me hace ser mejor periodista, pero sin compararme con nadie. Por ser deportista soy mejor periodista. 

—Eres una periodista más completa y con la mirada más abierta. 
Quizás es más justo decir completa que mejor.

—Eres la creadora de la etiqueta #fomentemwp en Twitter. ¿Cómo se puede fomentar el waterpolo?
Es complicado. Es un deporte que la gente ubica mucho con los Juegos Olímpicos porque se han conseguido muchos éxitos. Tengo la suerte de trabajar en un medio de comunicación público. Lo que hago en Catalunya Ràdio no lo podría repetir en uno privado. 

—Tendrías que luchar mucho más.
Sí, aunque no quiere decir que lo tenga fácil. Cubro un deporte poco mediático fuera de los Juegos Olímpicos, pero que te retorna la inversión mediática con éxitos. Desde la plata de los Juegos de Londres de 2012 las chicas han sumado medallas casi todos los años, y los chicos viven un gran momento. Por su propia naturaleza, a veces cuesta entender el waterpolo por la tele. Si cada semana se diesen retransmisiones, la gente acabaría yendo a las piscinas.

—Iberdrola ha patrocinado espacios en los medios de comunicación para informar sobre la Primera División femenina de fútbol. ¿Te parece una buena fórmula para generar más interés? 
Siempre es mejor eso que nada... Pero... Me duele que para facilitar la obertura de ventanas se necesite un patrocinador y que no sea el medio quien apueste por ello. No me parece mal la fórmula, pero a la vez no me gusta.

—Susanna Soler, profesora del Institut Nacional d'Educació Física de Catalunya, ha defendido que la competición mixta no fomenta la igualdad. ¿A ti qué te parece? 
No estoy muy informada de las posibilidades que puede tener respecto al tradicional. Me gustan los relevos 4x400 o 4x100 en atletismo o natación. Deportivamente se puede vender. Es novedad. Biológicamente hombres y mujeres no somos iguales. Es un dato no sexista. Es real. Una mujer no correrá nunca tan rápido como un hombre por una cuestión biológica. La normalización no pasa por las competiciones mixtas. 

—Es decir, no te convence.
No es que no me convenza. No lo encuentro tan trascendente.

—¿Es antinatural?
Tampoco. Las competiciones mixtas no son una solución para combatir el sexismo.

—Sí que parece fundamental que en la última semana de los Juegos Olímpicos de Tokio habrá más finales femeninas y en horario de máxima audiencia.
Sí. Hay una directriz del Comité Olímpico Internacional en la que se especificó que en los Juegos de París 2024 habría paridad de participantes. Me parece más sano que se tienda hacia la igualdad que crear competiciones mixtas. Estoy de acuerdo con Susanna. Al final, mezclas a la mujer con el hombre. Ostras... La mujer ya es suficientemente autónoma como para tener sus propios campeonatos y mostrar sus fortalezas. Ahora, por fin, hay 50 kilómetros marcha en categoría masculina y femenina. ¡Eso sí es igualdad y no las políticas de mezcla!

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