Marta Tudanca, tras el partido. Foto: Toni Delgado. |
Mira fijamente el parqué de Fontajau, mientras devora la camiseta. Marta Tudanca (Vitoria, 1990) no sabe meterse: es consciente de que no ha tenido puntería (1/6 en tiros de campo) en la derrota en las semifinales de la Copa de la Reina ante el anfitrión, Uni Girona, pero no duda en ponerse a bailar con sus compañeras y la afición de espaldas. Es la coreografía que los seguidores de Araski han popularizado durante el torneo: de espaldas y dando saltos de un lado a otro. Marta Tudanca atiende a Cronómetro de
Récords justo después.
Toni Delgado / Girona
—¿Qué sientes ahora?
Mucha rabia y tristeza. Cuando pasen unas horas, seremos conscientes de que hemos hecho un gran trabajo. Para nosotras era un premio llegar hasta aquí y lo hemos dado todo. Hemos competido hasta el final. Hemos puesto mucho corazón.
—Ante Universitario de Ferrol hiciste un muy buen partido, pero hoy no has sido tú.
Desde el principio no me he encontrado con buenas sensaciones. No sé, a veces no te llega la bola y parece que te enfrías un poco. Si no estás bien ofensivamente, tratas de exprimirte más en defensa. Tengo la conciencia tranquila, aunque no me hayan salido las cosas. Por lo menos he intentado dar lo máximo de mí.
—¿Tenías sensaciones malas ya al principio?
No. Eran buenas. Luego, por lo que sea, no estás a gusto. No siempre salen las cosas bien.
—Etxarri parecía imparable en algunos momentos.
Lo está haciendo muy bien. Las cosas le están saliendo. Está trabajando mucho. La verdad es que se lo merecía. Nos ha ayudado mucho.
—Hablando de merecer, supongo que el Araski se merecía que dijeras que sí después de hacerte una oferta cada año casi desde que se fundó hace algo más de seis años.
Tenía muchas ganas de jugar en casa con toda mi gente y en la ciudad que me vio crecer. Por fin se dio la oportunidad de poder hacerlo y no dudé en dar ese paso. Estoy muy contenta. Las cosas, además, están saliendo bien.
—¿Valoraste fichar por Araski cuando estaba en Liga Femenina 2?
Eh... No [nos reímos]. Te soy sincera. Quiero siempre crecer como jugadora y como tenía ofertas de Liga 1, quería continuar en esa competición. Sabía que, tarde o temprano, Araski ascendería o que yo volvería a jugar en casa, aunque fuera en Liga 2. Siempre tenía esa ilusión y ese sueño.
—¿Qué rol te pidió Made [Urieta, su entrenadora] en el equipo y qué te contó del proyecto cuando te llamó?
Congeniamos muy bien. Me dijo que iba a ser importante en el equipo y que me iba a dar mucha confianza. Y está siendo así. Creo mucho en ella. Es buena entrenadora y está sacando lo mejor de mí.
—¿Qué te falta para asentarte en Mendizorroza?
A veces, como me ha dicho Livia [la presidenta de Araski] o Made [la entrenadora], me pongo la presión de querer hacerlo bien ante mi gente. Sé que nuestra afición confía mucho en mí y quiero devolverles esa confianza. Estoy trabajando mucho, confío en mí y al final las cosas me acabarán saliendo muy bien en Mendizorroza.
—El verano pasado sobreviviste a un terremoto en Ecuador [7,8 grados en la escala de Richter].
Sí, fue una experiencia bastante impactante porque nadie nos había dicho nada de que estábamos en alerta. Cuando sucedió, nos asustamos mucho. Pensábamos que se iba a abrir el suelo porque estábamos jugando cerca de un volcán. Pensé que el volcán había erupcionado, que la tierra se abriría y... Moriríamos todos. A mí me gritaron que me pegara a la pared, pero cogí mis cosas y salí fuera del pabellón. ¡Vi claro que se iba a derrumbar!
No hay comentarios :
Publicar un comentario