Cronómetro de Récords entrevista a la capitana del AD Cortegada
Sara Gómez tras el partido. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
Toni Delgado / Cerdanyola del Vallès
Hace unos diez minutos, a falta de 3m 8s y con 63-56 en contra, Sara Gómez (Vilagarcía de Arousa, Pontevedra, 1986) ha metido su 475º triple desde su estreno en Liga Femenina. Como entonces, la canasta ha sido con el AD Cortegada y esta vez ha servido para iniciar el parcial final de 2-13 ante un CBF Cerdanyola que acarició su primer triunfo del curso en Liga Femenina 2. El partido se aplazó en diciembre porque el vuelo del conjunto gallego se retrasó. Sara Gómez parece una capitana dialogante, pedagógica y apasionada.
—Habéis tenido mucha sangre fría.
Creo que se notó en el ritmo que ellas jugaron ayer [por el sábado] ante el Barça CBS y nosotras el viernes ante el CB Arxil. Ha sido un partido muy igualado y el CBF Cerdanyola lo ha hecho muy bien. ¿Nosotras? En ataque realizamos tiros demasiado rápidos y estuvimos muy flojas en defensa. Por suerte, sobrevivimos y, como dices, tuvimos sangre fría.
—"En aquella época Sara Gómez destacaba por su facilidad para anotar", recuerda Cristina Cantero, entrenadora del Celta, con quien coincidiste en el AD Cortegada. Ella era sénior y tú, cadete o infantil.
Es verdad. De joven era muy anotadora, muy rápida, muy de defender y robar balones. De contraataques. Ahora juego más de base y mi juego cambió un poco. Pienso más en el equipo y en su distribución y no tanto en mis puntos.
—¿Te costó asumir el cambio de papel y posición?
Al principio, sí. Cuando era joven, no me gustaba jugar de base. Con el paso de los años, le fui cogiendo gustillo a una posición que te exige estar más pendiente de jugar y de descifrar cuál es la mejor opción en cada momento. Si eres escolta, no piensas tanto.
—"Es una gran defensora y en ataque, muy buena generadora en 2x2 y tiradora", te define Cristina Cantero.
Me veo totalmente reflejada en ese perfil. Me gusta doblar el balón a mis compañeras para que anoten con facilidad.
—Juegas de media 35m 23s. Sólo en la temporada 2014-2015 estuviste más en pista [35m 47s].
Tenemos pocas rotaciones en el puesto de base y me toca jugar muchos minutos. Ahora se fichan menos extranjeras y juegan más las de casa.
—Eres una jugadora de equipo.
Creo que siempre lo he sido. No necesito meter puntos para salir contenta de un partido.
—¿Cuando eras escolta sí necesitabas hacerlo para salir satisfecha?
Bueno... De aquella no pensaba en esas cosas. [Risas]. Tiraba para adelante. He madurado. ¡Es la edad!
—Vives tu segunda etapa en el AD Cortegada, donde te formaste. ¿Qué significa para ti este club?
Me siento una privilegiada por haberme formado en el AD Cortegada, en el que debuté en Liga Femenina y jugué competición europea. Después de las experiencias en el Celta, el Unión Navarra Basket y el Cadí La Seu, volví en 2014.
—Hace un rato me lo ha comentado Pepe Vázquez, entrenador del CB Bembibre, y lo podría defender cualquiera: eres jugadora de Liga Día.
Bueno... No sé si de Liga 1 o de Liga 2. Estoy muy a gusto aquí. No te voy a negar que siempre me llama algún equipo de Liga 1, pero ya no pienso sólo en baloncesto. Intento ampliar mi mirada, hacer más cosas... Ahora estoy disfrutando... Bueno, disfruté mucho años antes. En estos momentos lo hago de otra manera. Soy feliz.
—¿Disfrutas más de todos los momentos del baloncesto?
Siento que no tengo tanta presión como antes. No quiero demostrar nada ni pretendo que nadie se fije en mí. Salto a la pista con la intención de pasármelo bien con mis compañeras. Conservo el gusanillo de que llegue el fin de semana y jugar. Competir. Lo tengo todo.
—Ahora haces también otras cosas, entre ellas, ser modelo para la tienda 4staciones. ¿Qué tal la experiencia?
Fue algo anecdótico. [Se ríe]. Rafa Sabugueiro, un fotógrafo que me conoce, me lo propuso y le dije: "¡Pues vamos a probar!". Me lo pasé muy bien, fue muy divertido. A mí esas cosas me costaban un poco.
—¿Por qué?
Ante la cámara no me siento cómoda, pero el fotógrafo hizo que sí lo estuviera. Me lo pasé muy bien. Mira, una experiencia más.
—¿Qué te comentó para que te relajases? Así te digo lo mismo cuando te retrate para esta entrevista.
[Risas]. "Sara, sé tú. Sé natural. Sonríe", me comentó.
—Pero si tú ya sonríes...
Sí, pero bueno... [Se ríe]. Estaba muy cómoda con Rafa. No me sentía extraña posando ante una cámara. Ahora también salgo en la portada de eSmás Vilagarcía, una revista que reparte en los comercios.
—Has cambiado tu forma de vivir y de disfrutar del baloncesto. ¿Ahora te cuidas más? Me refiero a la alimentación y al descanso.
Igual. Ni antes ni ahora he sido una obsesionada por cuidarme. Necesito sentirme bien. Si haciendo lo de siempre lo consigo, no cambiaré nada.
—¿Sigues a tus antiguos equipos?
Más que a mis exequipos, a mis excompañeras. Me fijó, por ejemplo, en cómo le ha ido a Amy Syll.
—Hace un rato su CB Bembibre le ha ganado por 65-68 al Bàsquet Femení Sant Adrià.
¡Vale! También miro, por ejemplo, cómo lo han hecho [María] Asurmendi o Marina [Delgado], con la que conviví muchos años.
—"A las jóvenes les diría, sobre todo, que disfruten de lo que hacen, que luchen por lo que quieren y que no busquen excusas", comentaste en una entrevista para tu club.
Volvería a repetir lo mismo. Por mi experiencia, es fundamental pasarlo bien cuando juegas. Hubo años en los que no estuve cómoda y acumulé mucha tensión. Si no disfrutas, las cosas no salen. Cuando no piensas tanto, no te rompes la cabeza, disfrutas y estás concentrada, las cosas acaban saliendo.
—El baloncesto te ha enseñado a no darle tantas vueltas a todo.
Exacto.
—¿Cómo intentas que te hagan caso las jóvenes?
Cuando suben las juveniles, intento corregirles detalles a los que quizás no les dan importancia. Cuando se obcecan, les digo: "No penséis tanto". Tampoco le doy lecciones a nadie. [Se ríe].
—Llevas muchos años con Rubén Domínguez.
Además de un buen entrenador, es una muy buena persona. Rubén siempre está ahí para todo. Es alguien a quien considero más que un entrenador.
—¿Qué recuerdas de tu primera temporada en Liga Femenina con el AD Cortegada?
Buff... [Se ríe]. Era muy jovencita, mucho. Me costó, por más que el equipo me arropase. La mayoría de compañeras eran de fuera y yo era muy tímida.
—¿Tímida también con el inglés?
Con todo. El baloncesto me enseñó a ir perdiendo la timidez. En la pista me olvidaba, pero fuera me hacía pequeñita. Poco a poco logré romper esa barrera. ¡Se puede!
—En tus dos primeros cursos en el Celta coincidiste con Noemí Jordana.
Ha sido, con diferencia, una de las mejores bases que han jugado en Liga Femenina. Para mí entrenar con Noemí Jornada era una lección diaria. Las grandes jugadoras te ayudan a crecer y a aprender. Son un espejo.
Enlaces relacionados
No hay comentarios :
Publicar un comentario