Cronómetro de Récords: Laura Salmerón: "Siempre me he dejado la piel hasta lograr mis metas"

Cronómetro de Récords entrevista a la base del Bàsquet Femení Sant Adrià

Laura Salmerón en la presentación del Bàsquet Fermení Sant Adrià-Unicaja. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

Toni Delgado (@ToniDelgadoG)

A Laura Salmerón (Barcelona, 2002) se le iluminaban los ojos cuando abría la caja de Magia Borrás y reunía público al que sorprender haciendo desaparecer la bola de una figura.

—¡Buah! ¡Me encantaba! Pensaba que el truco era brutal y me decían: "¡Oh, Laura!". Ahora soy consciente de que sabían cómo lo hacía... [Risas].

Súper expresiva, Laura Salmerón paga siempre con la cara y sus enfados son tan rápidos como fugaces. "Le he regalado rosas a mi madre por su día y se ha puesto muy contenta", confiesa, vía Skype, la base del Bàsquet Femení Sant Adrià, que jugará la próxima temporada en la NCAA con la Universidad de Syracuse.

—Debe de ser difícil concentrarse estos días para preparar la selectividad...

Llevo bastante bien el confinamiento. Por la mañana estudio, hago deberes y muchos trabajos, que sirven para subir nota, tengo alguna clase...

—¿Habéis hecho exámenes con vigilancia a través de videoconferencia?

Nos han puesto poquitos y sin cámara. Es más difícil aplicar las lecciones que te han explicado en línea que las presenciales. En mi instituto la tercera evaluación te ayuda a sacar más calificación.

—¿Te han dado algún consejo para la selectividad?

Que estudie mucho y, sobre todo, que esté muy tranquila y que en la selectividad desarrolle las palabras clave, lo esencial.

Determinación y valentía. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

—¿Qué haces por la tarde?

Actividad física, videollamadas... Se me pasa rápido el día. Por suerte, ya hace tiempo que superé las pruebas que me pedían en la Universidad de Syracuse: el SAT, que consiste en muchos exámenes seguidos y repletos de lecturas, y el TOEFL, donde tienes que hacer speaking. No me han resultado difíciles.

—¿Siempre te ha gustado el inglés?

Sí, se me da bien. Solía hablarlo con Mili [Miljana Dzombeta] y un poco con Mai [Diarra].

—"Laura siempre ha sido muy movida e inquieta... Muy traviesa", te retrata tu padre, Frank Salmerón.

[Se ríe]. ¡Necesito estar siempre haciendo cosas! Me cuesta estar quieta... Hasta ahora, entre el instituto y el baloncesto, pasaba muy poco tiempo en casa.

—La estás descubriendo... ¿Cuál es tu refugio?

La buhardilla, que tiene un mini patio en el que puedo tomar el sol; ver series, sobre todo subtituladas en inglés; escuchar música...

—¿Es cierto que le haces la vida imposible a tu hermano Marc?

¡No! [Risas]. Pero me gusta molestarlo...

—¿Él cede y te da por imposible?

Pobrecito, es muy bueno y tiene mucha paciencia... Tampoco le molesto tanto, eh... [Risas]. De pequeña me sentaba al lado del banquillo de su equipo saltaba a la pista a tirar en los tiempos muertos y los finales de cuarto.

Laura Salmerón en su debut oficial con el Bàsquet Femení Sant Adrià, en la ronda previa de la Lliga Catalana ante el AE Boet Mataró. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

—Llegaste al Bàsquet Femení Sant Adrià en mini, una época en la que te sorprenden muchas más cosas. ¿Qué es lo que más te chocó el primer día?

La primera vez que entré en el Pavelló Ricart estaba muy nerviosa y tenía un poco de miedo porque me habían dicho que era un equipo muy serio. Yo venía de premini y no sabía casi ni botar la pelota. Además, hasta entonces había tenido libertad absoluta. Comprobé que las prácticas eran muy exigentes y hacíamos mucha técnica individual. Todas las compañeras, muy simpáticas, me ayudaron a adaptarme.

—Los nervios te duraron poco entonces.

Así es, y fue mérito del grupo. En el Bàsquet Femení Sant Adrià he hecho amigas para siempre. Cuando hay conexión, un equipo funciona mucho mejor.

—Txell Alarcón, Alba Orois, Laia Lamana, Gedna Capel y tú, de la generación del 2002, sois competitivas, generosas y valientes.

Nuestros carácteres son muy diferentes, pero siempre nos hemos complementado a la perfección. Sabemos cuál es el rol de cada una. "Sed valientes y tirad cuando estéis solas", nos han repetido nuestros entrenadores y entrenadoras. Por eso no dudo si lanzar o no.

—Os quedáis sin poder completar el triplete en el campeonato de España de clubes, tras el infantil y el cadete.

Ha sido un palo... Nos quedaremos con los buenos momentos que hemos compartido juntas, que han sido muchos. Siempre le estaremos muy agradecidos a Dani Poza [exdirector deportivo del Bàsquet Femení Sant Adrià y que ahora ocupa el puesto en el UE Mataró] por haber apostado por mí.

—¿Qué te han enseñado tus entrenadores y entrenadoras del Bàsquet Femení Sant Adrià? Empezamos con Toni Sáez.

Todo: el bote, técnica individual, el ritmo... Toni Sáez nos hizo ser una piña desde el principio.

—Jordi Vizcaíno.

Siempre sabía qué pensaba y cómo sacar lo mejor de mí en la pista. Tengo muy buena relación con Jordi Vizcaíno.

Pensamientos interiores. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

—Enric Cervera.

Nos enseñó mucho a leer el juego y a conocernos mejor en la cancha.

—Glòria Estopà.

Le tengo mucho cariño porque siempre me ha ayudado mucho y me dio la oportunidad de disputar el campeonato de España cadete con las de un año más. Glòria Estopà te deja equivocarte y te permite conocerte mejor, explorar y minimizar tus limitaciones.

—Toni Pallé.

En estos dos años he aprendido muchos detalles con él. Toni Pallé me ha ayudado a confiar más en mí misma.

—César Aneas.

Te exige mucho, pero te premia igual o más. En fondo, César Aneas te recuerda que todo es muy duro y que tienes que currar mucho.

—¿Tu primer trauma deportivo fue no ir convocada con la selección catalana mini?

No lo recuerdo como un trauma, más bien como un gran aprendizaje. Vi que tenía que trabajar muy duro para llegar a la infantil y la cadete. Le tengo mucho cariño al seleccionador, Enric González, y siempre que lo veo le achucho porque me ayudó mucho.

—"Lo que más admiro de mi hija es su constancia. Tiene claro su camino y se vacía para alcanzarlo", confiesa tu padre.

Siempre me he dejado la piel hasta lograr mis metas. Si me marco un objetivo, voy a por él sin ninguna excusa.

—Como la de jugar en el primer equipo esta temporada...

¡Sí! ¡Imagínate! Llegué en mini y veía a las grandes tan altas... Cuando me lo comunicaron me dije: "¡Tengo que aprovechar al máximo esta oportunidad!". Había soñado tanto con ese momento...

—Tu debut en Liga Femenina 2 fue en el Ricart contra el Segle XXI...

¡Brutal! Me acordé de las personas que me habían ayudado a llegar hasta ahí...

—¿Quién te habría gustado que viviese ese momento y no pudo ir?

¡Mi prima Rocío! Siempre ha sido un gran apoyo para mí. De hecho, empezamos juntas a jugar en el CB Llavaneres, que después se convirtió en el Bàsquet 3 Viles. Cuando estoy desanimada, me arropa e impulsa.

—"Laura siempre ha sido muy feliz y muy cría, aunque ha ido madurando. Es muy responsable y ordenada", explica Frank Salmerón... ¿Te sientes una cría en algunas cosas y madura en otras?

[Risas. Pone cara de circunstancias]. No lo sé... Supongo que el baloncesto me ha hecho madurar en muchos aspectos, pero que me queda mucho por crecer... Soy un poco cría... No lo sé... [Se ríe].

—A veces es difícil hablar de uno mismo.

Supongo que mi entorno te lo diría mejor. Me cuesta un poco hablar de mí misma, la verdad.

—¿Qué es el Bàsquet Femení Sant Adrià para ti?

Un club súper especial que me lo ha dado todo: conocimientos, amistades, experiencias y oportunidades. ¡Les debo mucho!

—Quizás, cuando vuelvas de Estados Unidos, te vistas de nuevo la camiseta lila...

¡Ojalá! ¡Me encantaría!

—¿Te costó mucho decidirte por jugar en la NCAA y, en concreto, con la Universidad de Syracuse o ya hacía tiempo que tenías ganas de probar esa experiencia?

Siempre la he tenido tenido en mente. Además, cuando se interesa por ti un equipo tan importante...

—Entonces no dudaste demasiado...

¡No! [Risas]. Sí lo hice con Administración y Dirección de Empresas (ADE), pero al final estudiaré Marketing y Relaciones Públicas.

—No todas las jugadoras que van a Estados Unidos tienen una gran experiencia. Tu compañera Nora Galve acabó volviendo meses después.

Me recalcó que depende mucho de la persona. Mi intención es quedarme, al menos, hasta graduarme. Es una situación compleja (estás lejos de la familia, convives en otro idioma, te entrenas mucho más y las prácticas más físicas, los estudios...) que me motiva mucho.

—Esta temporada en el primer equipo del Bàsquet Femení Sant Adrià habéis tenido muchas lesiones y cambios de jugadoras, pero no os han afectado en la pista. Parecíais indestructibles. La base, de casa.

El equipo se ha adaptado súper rápido a las nuevas circunstancias porque, entre otras cosas, teníamos muy buen rollo entre nosotras.

—De repente dejaste de ir convocada con el primer equipo y te centraste en el júnior. ¿Fue decisión tuya porque no podías compaginarlo con los estudios o de César Aneas?

Mía. Resultó muy difícil, pero no llegaba a todo y necesitaba dedicarle más tiempo a estudiar.

—La temporada ya se ha acabado para ti y tus compañeras del júnior: el jueves la Federació Catalana de Basquetbol (FCBQ) comunicó que la Copa Catalunya se da por finalizada. Supongo que era una decisión esperada por vosotras. La más lógica ante el coronavirus.

Sí. Es duro haber jugado tu último partido sin saberlo, pero es lo mejor para nuestra salud.

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