lunes, 26 de octubre de 2020

Marina Delgado: "Durante tres cuartas partes del día me repetía a mí misma que volvería a jugar al baloncesto"

La base del CB Andratx ha regresado a las pistas más de un año después de que le detectasen lupus, que le afecta al riñón y a las articulaciones 

Marina Delgado tras el Segle XXI-Andratx del pasado sábado. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 


Toni Delgado (@ToniDelgadoG) #baloncestofemenino #LigaFemenina2

Durante dos o tres días el mundo se paró para Marina Delgado (Palma de Mallorca, 1992). 

"No sabía a quién decírselo ni cómo, y si me preguntaban, aseguraba que estaba bien. ¡Pero desconocía cuánto tiempo estaría sin jugar al baloncesto!", recuerda la base del CB Andratx. Después de la entrevista se irá al entrenamiento, una rutina por la que habría pagado hace más de un año, cuando se sentía desubicada en el hospital. La habían ingresado porque las pruebas de reconocimiento médico de principio de [su último] curso en el Uni Ferrol salieron "muy mal".

"Nunca lo he dicho públicamente... En el hospital detectaron que tenía lupus, una enfermedad autoinmunitaria que afecta a cualquier parte del cuerpo, en mi caso a las articulaciones y, sobre todo, al riñón. De ahí que se anunciase como un problema renal", confiesa Marina Delgado, a quien le propusieron un tratamiento de cuatro meses para intentar controlar la enfermedad. En noviembre empezó a pensar que se pasaría la temporada sin jugar y habló con Lino López y Sandra Prieto, el entrenador y su ayudante, para confesarles que necesitaba desconectar un tiempo: "Ver los entrenamientos me hería por dentro porque no podía ayudar al grupo. Con la pausa recuperé fuerzas y el amor por el baloncesto, pero en enero los médicos fueron preparándome mentalmente para dejar este deporte...".   

—¿Y cuánto tiempo le dedicabas al día a decirte "no tienen razón, no tienen razón"? 
Durante tres cuartas partes del día me repetía a mí misma que volvería a jugar al baloncesto. 

Laura Villaescusa protegiendo la rodilla a la entrevistada. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—¿Escribías un diario personal? 
Me lo recomendaron médicos y amistades y lo hacía algunos días. ¿Sabes? Dos o tres semanas antes del confinamiento, como sabía que no jugaría ya durante la temporada, me planteé volver a Mallorca para recuperarme. Lino [López] y Sandra [Prieto] me convencieron de que fuese fuerte y me quedase para vivir la fase de ascenso a Liga Femenina Endesa con el equipo. A finales de febrero empecé a hacer algo de actividad física suave y... Llegó el confinamiento. [Hace una pausa]. Los médicos me dijeron que no saliese de casa y lo pasé sola. En general, estuve bien y aproveché el tiempo para reflexionar y tener claro que quería volver al baloncesto sí o sí.   

—Entiendo que Patricia Cabrera o alguna otra amiga te llevarían la comida.  
¡Fue la fisio! [Risas]. ¡Cuánto me ha aguantado estos dos años! Carlota [Brage] me traía la compra y hablábamos cinco minutillos a distancia. Fue mi único contacto social durante el confinamiento. Cuando ya se podía salir a pasear, hacía el pedido por internet y lo iba a recoger. Ahora, por suerte, puedo llevar una vida normal con la mascarilla, respetando la distancia de seguridad... No beso a nadie. Bueno, el otro día sí que di uno después del negativo en la prueba de la covid-19. Mi enfermedad es autoinmune [el sistema inmunitario ataca a las células y a tejidos sanos por error] y el tratamiento me baja las defensas. Así, si alguien constipado pasa a mi lado... ¡Lo pillaré! [Risas]. 

 "No estoy nada de acuerdo con eso...". Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—Volviste a las pistas ante el Bàsquet Maresme Boet Mataró 3 Viles en el Palau Municipal d'Esports de Andratx. 
El jueves 15 me dieron permiso para jugar y pasé con muchos nervios ese día y el siguiente. ¡Nunca me había sentido así! Me acordaba de cuánto había sufrido, de cuánta gente me había dicho que no volvería a jugar... Cuando el sábado me vestí con ropa de calle, me calmé. ¿Cuántas previas de partido había vivido ya? Salté a la pista tranquila, sin ese miedo, entre comillas, a competir con el freno de mano por posibles golpes, caídas...  

—¿Y cómo te sentiste en la cancha? 
Feliz por volver, aunque físicamente me queda mucho por mejorar, y triste por la derrota. Mis compañeras me felicitaron  y una amiga que estuvo en la grada me soltó: "Marina, has jugado como una de 40 años". [Se ríe]. Eso me dolió. ¡Iba muy lenta! No podía correr mucho más. [Risas].
   
—¿Cuándo y cómo surgió la llamada del CB Andratx para ficharte?  
Diría que dos o tres días antes de volver a Mallorca me llamó Jose Luis Alberola para preguntarme si estaba por aquí porque quería hablar conmigo. No me sorprendió porque en verano entreno con él y me había dirigido dos años y medio. Me había quedado con ganas de estar más tiempo con Jose Luis. Cuando me planteó si quería fichar por el CB Andratx, tardé cinco minutos en decidirme. Le prometí que haría lo imposible por volver a jugar, pero que no sabía cuándo lo conseguiría o si lo conseguiría. Tanto Jose Luis como el club lo entendieron y eso me dio tranquilidad para seguir mis tiempos. Fue un chute de energía para persistir. Todavía ahora quiero ser prudente.   

 Marina Delgado y Jose Luis Alberola. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—"De Marina Delgado he aprendido que siempre hay que seguir luchando. ¡Con trabajo, esfuerzo e ilusión se pueden conseguir muchas cosas!", asegura Patricia Cabrera, con quien coincidiste en el Uni Ferrol. 
Jo, me sorprende y me alegra que diga eso. Somos muy parecidas. Me cuesta expresar ese tipo de cosas y no sé si a la otra persona le pasa lo mismo y qué espera de mí... Es fantástico que Patri te lo haya comentado a ti. Suelo evitar esas situaciones. 

—¿Y cómo se evitan?  
Con una broma o sacando otro tema. Reconozco que soy así...   

—Siempre se puede cambiar un poco, ¿no? 
[Risas]. Lo puedo intentar, aunque no prometo nada.  

 La base del Andratx trata de superar a Anna Prim, del Segle XXI. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—¿Por qué crees que has dejado huella en Ferrol y en el Uni Ferrol?
Intento ser natural y auténtica, llevarme bien con todo el mundo, ayudar en lo que pueda, implicarme en el club y la ciudad... 

—¿Por qué Héctor Rico, secretario de la Peña Ruxidos de Esteiro, y tú sois amigos?
Porque acepto cualquier propuesta suya que me hace cuando se aburre. [Risas]. 

—Sé que a Héctor se le ocurren muchas cosas, pero... ¿Qué se le ocurre contigo?
Cuando veo un WhatsApp suyo sé que es para pedirme una partida de parchís, y la acepto. Cuando vivía en Ferrol era para irnos a tomar un pincho de tortilla. Héctor siempre está ahí y para todo. Nos han pasado cosas muy graciosas, aunque tengo muy mala memoria para todo menos para el baloncesto.  

 Marina Delgado en su época en el Uni Ferrol. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—Lo tuyo por el baloncesto es amor.  
¡Por supuesto! Es mi vida. No sé qué haré cuando me retire...   

—¿Serás entrenadora o agente de jugadoras?  
No me veo como agente. Necesitas tener una pasta especial y saber vender, y yo prefiero que me vendan. [Risas]. Me encantaría seguir vinculada al baloncesto como psicóloga. Es el campo en el que me estoy formando.   

—¿En algún club has tenido psicólogo o psicóloga?
En el Celta contábamos con Pelayo [Suárez], que era el tercer entrenador y nos hacía de psicólogo también. [Sigue en el club, pero ahora como psicólogo]. 

Miguel Méndez te hizo debutar en Liga Femenina con el Celta
Lo recuerdo como una persona muy natural que llevaba muy bien al grupo y sabía diferenciar entre pista y fuera. Es un secreto a voces que Miguel Méndez es uno de los mejores entrenadores. Hace años el Ekaterimburgo no jugaba como con él. 

—Es un técnico que habla mucho con las jugadoras. 
Sí. Quiere que estés bien y te hace sentir cómoda sin traspasar el límite entre técnico y jugadora. Imagínate cómo te ayuda alguien así si eres joven, estás jugando fuera de casa, en otro país... 

—¿No haber debutado con el Cadí La Seu es tu gran espinita?  Sí. Me di por vencida, entre comillas, y a finales de noviembre de 2012 me fui al Celta, un club que ya conocía, en vez de quedarme en el Cadí La Seu para intentar ganarme el puesto. No me arrepiento de la decisión.  

—¿No te viste con fuerzas ni determinación para jugar allí?  
Andreu Bou no me comentó directamente que no iba tener minutos, pero que sí que lo tendría muy difícil porque se había recuperado una base que se había lesionado la temporada anterior. Y me dije... [Baja la voz]. "Me voy, adiós". [Se ríe]. 

 La entrevistada durante un Bàsquet FemenÍ Sant Adrià-Uni Ferrol. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—Marina, desde entonces has cambiado muchísimo. Porque de renunciar tienes poco o nada... 
Tal cual. En mi segunda etapa en el Celta me convencí de que podía conseguir cuanto me propusiera y desde entonces a cabezonería no me gana nadie. Renunciar a jugar en el Cadí La Seu me dolió, aunque quizás me ayudó a descubrir mi fortaleza interior. 

—¿Cómo era Juan de Mena, tu entrenador en el CD Zamarat?
[Se ríe]. Un personaje peculiar al que había que entender. Cuando se cabreaba, nos castigaba con subir y bajar las escaleras de la grada del Ángel Nieto. Recuerdo que Juan me insistía en que no tuviera amistades en la pista y en que si defendía a una amiga me olvidara de que lo era y le atacara en el 1x1 o le robara las pelotas que pudiera. Soy muy competitiva y ganadora, pero él siempre me decía eso.  

—"Como entrenadora tiene la capacidad de transmitir en pocas palabras lo que quiere y/o necesita. A nivel de dirección podría mejorar", te retrata Héctor Rico.
Me gusta más entrenar que dirigir partidos, y me encanta el trato y el contacto con niños y niñas, ver cómo disfrutan, aprenden y se lo pasan bien, que tienen ganas de entrenarse. Dirijo a preminis y cadetes en el CB Sa Indioteria e intento encajar todas personalidades y priorizar lo mejor para el equipo.  

 "¿Y no es antideportiva?". Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—¿Cuál ha sido la compañera que tuviera y contagiara más energía al resto?  
Natalia Rodríguez es la número 1: tiene energía para dar, regalar, vender y hacerse millonaria. ¡No para en todo el día! [Se ríe]. No te ríes de sus chistes, que son muy malos, pero sí con ella. Es muy graciosa. Natalia, Patri [Cabrera] y Carmen [Fernández] han sido quienes han tirado de mí estos dos últimos años. [Hace una pausa]. Cuando hay que hablar de estas cosas, ya sabes... Me cuesta más... [Se ríe]. 

—¿Qué son Mis amigas de la Tele
Dos grupos de WhatsApp que tenemos en Ferrol. Lo creó Héctor y está formado por Patri Cabrera, y Laura Alonso y Paula García, que son de la autonómica. Paula Cuiña ha sido el último fichaje. ¡Cómo me amenizaron el confinamiento! Fue mi grupo de apoyo. [Se ríe]. ¡Son geniales! Nos poníamos de acuerdo al instante para hacer planes en Ferrol.  
 
—¿Quién es tu jugadora nacional favorita? ¿Y la internacional? 
No sabría decirte porque me gustan unas cuantas.

—Si quieres hacer un par de quintetos...  
El internacional es muy sencillo porque Diana Taurasi y Breanna Stewart valen por cinco. Con el nacional me pones en un compromiso... Pero, venga, me voy a mojar: Laia Palau, Alba Torrens, Queralt Casas o Rosó Buch, María Araújo y Laura Gil.  

—El Jovent Palma, conocido ahora como CB Sa Indioteria, es el
 club donde te formaste y en el que entrenas.  
Pocas personas en la entidad lo sentirán más que yo ni harán más de lo que les pidan. Quiero ayudar al club el que me he formado y donde sigo entrenando a equipos. Me gustaría acabar mi carrera como jugadora en el CB Sa Indioteria y contribuir a que sea un club de formación de referencia. 

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