sábado, 7 de septiembre de 2019

Marta Xargay: "Diría que cuando una niña me pide un autógrafo me pongo más nerviosa que ella"

"Mi hija me ha enseñado que la vida no te regala nada", confiesa su madre, Montse Casademont 

Montse Casademont y Marta Xargay con el premio de la Federació Catalana de Basquetbol por el oro en el pasado Eurobasket. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / Barcelona 

—Por tu carácter, cuando una niña te pide un autógrafo... ¿Quién está más nerviosa? ¿Ella o tú? –le pregunto. 

A Marta Xargay Casademont (Girona, 1990), jugadora del Dynamo Kursk y de la selección española, se le abren los ojos, descubre sus dientes y suelta una carcajada. 

—Diría que cuando una niña me pide un autógrafo me pongo  más nerviosa que ella. [Risas]. Aunque tengo que disimular un poco... Me da un poco de cosa... Me emociona que las peques me digan que les gusta cómo juego o que, de mayores, quieren ser como yo. Algo estaré haciendo bien, ¿no?

Marta Xargay se ríe exactamente igual que su madre, Montse Casademont, que la retrata como "generosa y reservada". Recuerda a una niña que solía entrar en razón, aunque, a veces, le costase un poco. 

—Mamá, quiero llevar esta ropa...  
—Pero si estamos en invierno... 
—¡Voy a ir así! 
—De acuerdo... 

"Al día siguiente me preguntó qué se ponía. ¡Había pasado un frío terrible!", rememora, entre risas, Montse: "Entendió que había cosas que ella no tenía que decidir". Con 18 años y tras ser vital para que el Uni Girona ascendiese a la Liga Femenina, Marta Xargay no titubeó para hacer las maletas e irse al Perfumerías Avenida. A su madre le sorprendió que se las apañase tan rápido sola en Salamanca: "Marta sabía llevar una casa; cocinar, que es algo que siempre le ha gustado desde pequeña; organizarse... En pocos meses se hizo más grande de lo que esperaba, la verdad". 

Marta Xargay. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

Montse Casademont es una madre de "lágrima fácil". Sus ojos se enrojecen cuando echa de menos a su hija o "cuando sabes que lo está pasando mal, aunque no te lo explica. Lo intuyes". Las madres lo descifran casi todo. 

—Paso muchos nervios por el juego, ya que quiero que gane y le salgan bien las cosas. ¡Soy muy sufridora! [Se ríe]. 

Aunque Montse padece por tener a su hija jugando en Rusia, le "recompensa" comprobar que Marta disfruta con lo que hace.  

La jugadora del Dynamo Kursk y de la selección española. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

—¿Marta ha salido sufridora como tú o gestiona mejor los nervios?
—No lo sé... A veces es muy reservada con sus sentimientos. Ha salido a su padre: ninguno muestra demasiado el padecimiento, sí la alegría. Marta tiene un corazón gigante... ¿Sabes? Me ha enseñado que la vida no te regala nada y que necesitas ser valiente y constante para superar los malos momentos. Yo le doy todo mi cariño y amor. ¡No tengo palabras! ¡Es mi hija! 

Montse sonríe. Orgullo de madre.  

La última temporada, su primera en el Dynamo Kursk, fue difícil de digerir para Marta Xargay. Había partidos en los que no disputaba ni un minuto. Nunca le había pasado: "Tienes que ser profesional y dejarte la piel siempre. Nunca sabes cuándo te puede necesitar el equipo. La constancia tiene recompensa y el oro en el Eurobasket premió el esfuerzo de todo el año". "Cuando mi hija no jugaba, hacía horas extra en los entrenamientos o buscaba actividades que la llenasen. Kursk es una ciudad con pocas cosas. Se ha hecho muy valiente. Además, también ha tenido el apoyo de Sonja Petrovic. Son muy amigas. Te diría que Marta no sólo no se hundió, sino que creció y maduró más", interviene Montse Casademont.
  
—¿Marta siempre ha sido camaleónica?  
—Creo que sí. 
—Y muy fuerte emocionalmente. 
—¡Sí! En su primer año en el Perfumerías Avenida, por ejemplo, jugaba poco, pero cuando salía a la pista lo daba todo. 

Marta Xargay muestra la réplica de su último trofeo en el Perfumerías Avenida, la Copa de la Reina de Torrejón de Ardoz en 2015. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

En Salamanca Marta Xargay ganó todos los grandes títulos de club posibles (Liga, Copa de la Reina, Supercopa de España, Euroliga y Supercopa de Europa). Un camino triunfal que empezó de la mano de una compañera muy especial, Isa Sánchez. Un pilar. "Fue mi apoyo. ¡Me cuidó tanto! Isa forma parte de mi familia y siempre estará en mi vida. Cuando me mira, sabe qué estoy pensando", reconoce Marta Xargay. "¡Isa Sánchez es muy bonita! Mi hija siempre encuentra a alguien que la ayuda en los equipos... Y no sólo jugadoras. En Salamanca varias madres le preparaban hasta la comida", recuerda Montse. 

En el Perfumerías Avenida los Xargay Casademont se quedaron sin palabras desde el primer día. Montse mira al techo de una sala del Hotel Catalonia Barcelona Plaza, rescata el recuerdo y le da forma. Viaja al 2009, al día de la presentación de su hija como jugadora del club charro: "Marta estaba sentada entre Jorge Recio, el presidente, y Carlos Méndez, el gerente, y los medios de comunicación le preguntaban cosas... Me entró una emoción que no sabría explicarte. Y pensé que mi hija... Quizás sería famosa. ¡Quizás! [Risas]". Marta Xargay nunca había tenido a tanta prensa pendiente de ella: "Me gusta pasar desapercibida. Soy muy tímida. Con 18 años no me resultó fácil acumular tantos focos. Son situaciones que te pone la vida y que necesitas superar. Me hace ilusión recordarlo. Tenía muchas ganas de comenzar la temporada y de independizarme en una ciudad diferente y con gente nueva...". 

Presentación de Marta Xargay con el Perfumerías Avenida. Foto: captura de Youtube. 

El viernes Marta Xargay fue la pregonera de la Fiesta Mayor de Montjuïc, su barrio en Girona.   

—¿Lo ha ensayado mucho en casa? –le pregunté el jueves a Montse.
—Nos lo ha leído un poco. Le hace ilusión que la gente del barrio la premie así. Nos hace ilusión a todos. Creo que se lo merece. 

El gesto define a los Xargay Casademont. 

—Después de todo lo que ha ganado Marta, que el barrio la reconozca así... ¡Es lo más lógico del mundo! ¿No?
 —Siempre se tiene que ser agradecido... 

"Gracias" es una de las palabras que más pronuncia Marta Xargay. Lo hace cuando Ferran Aril, presidente de la Federació Catalana de Basquetbol, le entrega un trofeo por su medalla de oro en el último Eurobasket, en la presentación de les Lligues Catalanes. "Me llena que le den estos premios", interviene Montse. 

Marta Xargay y Ferral Aril. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. 

"La generosidad me viene de cuna, igual que a mi hermana Txell", asegura Marta Xargay. La generosidad es uno de sus vínculos con Laia Palau, a quien siempre admiró desde pequeña. "¡Y fíjate que han acabado jugando juntas y siendo muy amigas! Laia es un diez como persona y como jugadora. Te proporciona seguridad. No te regala nada y te da caña para que te superes", celebra Montse. "Laia me ha enseñado a no rendirme cuando las cosas pinten mal, a dejártelo todo en la pista y a ayudar a las compañeras. Siempre busca que estemos bien dentro y fuera de la pista. Son aspectos que pocas jugadoras te transmiten. Es un regalo vivir tantas experiencias a su lado", reconoce Marta Xargay.    

—Marta, ¿Laia Palau te ha ayudado a ser más responsable contigo y con todo el mundo?  
—Sí, sobre todo conmigo. Cuando estás bien, tranquila y cumples tu cometido, es más fácil ayudar al resto.  
—¿Laia Palau te ha pedido muchas veces que vuelvas...?
—No. Creo que, después de mes y medio con la selección, se cansa de mí... [Risas]. Sabe que estoy en otro gran club. Ojalá volvamos a la Liga Día todas las jugadoras de la selección que competimos fuera. 
—Estoy convencido de que regresarás el año que viene. Apuesto por dos equipos. En uno tienes un argumento familiar (Èric Surís, el entrenador del Uni Girona, es su cuñado)...  [Risas]. 

Xargay hace una broma. Nos reímos.  

—Está claro que volver a casa es algo que tienes en mente. No sé qué pasará. No me puedo mojar. 

En Girona tiene a su familia y su tienda de ropa, Unaunica by Marta Xargay, ubicada en el número 37 de la calle Santa Clara y con su madre al mando: "En la planta de arriba hay una exposición de fotos, hemos hecho catas de vino, teatro, de todo... Y abajo está la tienda...".    

—¿Y tus compañeras te compran la ropa o se la regalas?
—¡No, no! ¡Yo no regalo nada! ¡El negocio es el negocio! [Risas]. Se pasan por allí y compran. Nuestra moda es alegre, divertida y original. Apostamos por diseñadores y diseñadoras de aquí.  

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