Cronómetro de Récords: Anna Gamarra: "Tarde o temprano acabo diciendo lo que no se puede decir... "

Cronómetro de Récords entrevista a la pívot del Lima Horta Bàsquet

Anna Gamarra en un calentamiento. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

Toni Delgado (@ToniDelgadoG) #baloncestofemenino #FaseFinalLF2

—Mentiría si os dijese que no vi a Toni Delgado haciéndome la foto y que no aguanté unos segundos más bebiendo agua –confiesa Anna Gamarra (Barcelona, 2001), pívot del Lima Horta Bàsquet, en su última publicación en Instagram.

"Anna tiene una personalidad y una forma de ser muy peculiares. Se hace notar. Es muy especial, una buena consejera que transmite energía positiva", me cuenta Carmen Villalobos, amiga y compañera de equipo.

La entrevistada parece una de esas personas que generan anécdotas y sorprenden constantemente. Anna Gamarra es ingeniosa, minuciosa, currante y sincera. La persona a quien le dejarías el manuscrito de tu novela porque te dará sugerencias exhaustivas y originales. Hablamos antes de la fase de ascenso a Liga Femenina Endesa de Leganés, en la que el Lima Horta Bàsquet quedó eliminado en el grupo 2 tras una temporada excelente.

—¿Estás estudiando Periodismo?

Hice primero en Estados Unidos [en la Ball State University] y ahora curso Comunicación e Industrias Culturales, que me permite tratar más ámbitos. En Periodismo escribíamos noticias, y aquí, además, nos hacen redactar crónicas y analizar anuncios o películas.

—¿Cada vez se escribe peor?

Cada vez escribe más gente. Los y las influencers tienen un libro y permíteme que dude de su autoría...

—¿Qué falta te da más rabia?

¡Uf! [Risas]. ¡Todas! En catalán, el tenir que en vez del haver de. Es un castellanismo muy fácil de aprender.

—¿En español te quedas con el aver que, en realidad, es a ver y el mal uso de por que, por qué, porque y porqué?

Definitivamente, gana el aver. ¡Es a ver, del verbo ver!

La famosa imagen de Instagram. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

—¿Sueles regalar libros?

No te creas. Son caros... [Se ríe].

—Pueden ser más baratos que una comida o una cena, y te permiten dejarlos, releerlos...

Suelo regalar libros en Sant Jordi. Si conoces bien a la persona, es muy fácil acertar con la lectura que le gustará. Aunque si te equivocas, no te lo suelen decir. Sospecha si alguien te responde con un simple "¡me ha encantado!". Si le gusta, te lo comentará seguro, hasta sin preguntarle.

—Te voy a leer una frase de una crónica, a ver si detectas de qué partido es... "Dalmau Puig decidió apostarlo todo a encontrar a Laia Moya, pero la envergadura de Anna Gamarra limitó su impacto en el campo".

¿Un encuentro contra el GEiEG Uni Girona? Supongo que corresponde a la final del campeonato de España infantil de clubes de Pontevedra. ¡Ganamos! No he jugado otro partido tan importante contra Laia Moya. Con ella sí.

—¡Correcto! Días antes tú y Núria Checa estabais cojas.

La rodilla me dio un susto. Éramos un grupo increíble que jugaba muy bien. Recuerdo poco los partidos porque fue un campeonato muy turbulento: Núria Checa se lesionó; Nora Galve se dio un golpe en la cabeza y mientras jugábamos la final estaba en el hospital porque tenían que hacerle pruebas... Diría que otra compañera se lastimó la mano... Los partidos pasaron casi a un segundo plano.

—¿Por qué Núria Checa es un "pilar imprescindible" para ti?

Nos conocimos hace ocho años en el Bàsquet Femení Sant Adrià y, aunque desde que me fui al Segle XXI no nos vemos tanto, nuestro vínculo sigue siendo muy fuerte. Me pasa lo mismo con Nora Galve, por más que no nos hayamos hecho tantas fotos juntas. Las tres somos muy amigas.

Anna Gamarra en un partido con la selección catalana. Foto: FCBQ.

—¿En el Segle XXI tenías niñera?

No. Yo era la de Anna Prim. [Risas].

—Pero en el Lima Horta Bàsquet sí...

Todas me hacen un poco de mami, sobre todo Eli [Soriano] y Vane [Verbo]... También Maria Martiáñez, Àngels Farré, Nairín de la Torre...

—Quédate con una.

Vane Verbo porque es la capi.

—"Soy su niñera. En cada entrenamiento se deja la camiseta, la sudadera... Siempre le llevo al vestuario lo que extravía... Un día no se lo devolveré... ¡Y lo sabe!", me cuenta tu canguro en el equipo.

¡Eli Soriano! [Risas]. De hecho, en la última práctica [antes de la fase de ascenso a Liga Femenina Endesa] me olvidé algo y me lo trajo Àngels. [Se ríe]. La de veces que tuvo que ir mi madre a objetos perdidos del cole... ¡Asumo que soy un desastre! Cuando voy a un partido pienso: "Vale, llevo la equipación puesta, las bambas en la mochila...". Si me dejo de otra cosa, mala suerte, pero ya no será nada imprescindible.

—"Anna Gamarra se pasa el día comiendo. Antes del entrenamiento siempre devora barritas, cereales... También plátanos, que no le gustan, pero se los come porque sabe que son buenos", sigue Eli Soriano.

¡Exacto! ¡Siempre tengo hambre! Tardo 10 minutos en comerme medio plátano y Sergio [Manzano, su entrenador] se sube por las paredes...

—Acabarás antes con los dátiles, que también te dan energía inmediata. [Pone cara de rechazo]. Son feos, pero están ricos.

Aunque no me convence nada su textura... ¡Los probaré!

La pívot del Lima Horta Bàsquet. en apuros. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

—¿Sin pandemia continuarías en Estados Unidos, en Ball State University?

No. Antes, entre enero y febrero del año pasado, decidí volver, y no fue por falta de adaptación. De hecho, me sentía muy bien en la universidad y en el equipo, notaba que estaba creciendo mucho como jugadora y persona, y que mi inglés era cada vez más fluido... Simplemente supe que se había acabado una etapa y que quería dejar Periodismo y apuntarme a un grado con una mirada más amplia. El coronavirus sólo hizo que regresase un par de semanas antes porque me daba miedo quedarme más tiempo en Estados Unidos y que me costase volver. Pese a ser una de las favoritas, nos habían eliminado en primera ronda del torneo de conferencia y se suspendió otra competición por la covid-19.

—Cuando el Lima Horta Bàsquet anunció tu fichaje, me sorprendió mucho esta frase: "Queremos transmitir un especial reconocimiento a la agencia de la jugadora 4 Players Sports por su rápida colaboración con el club". Un comentario nada habitual.

¡No me había fijado en eso! Nos entendimos muy rápido. Es un equipo que tengo a cuatro paradas de metro de casa y que me conquistó cuando iba al Pavelló Virolai con la camiseta del Segle XXI: la grada estaba llena y el público no dejaba de animar. Las peques se identifican con las mayores y hay un gran sentimiento de pertenencia. Además, sabía que Carmen [Villalobos] estaba hablando con el club. Nos complementamos muy bien. En la pista Carmen es súper intensa y loca, y fuera, calmada, muy centrada y graciosa. En definitiva, fichar por el Lima Horta Bàsquet fue una decisión muy sencilla.

—"Se adaptó muy rápido al equipo. Es muy divertida. Le gusta hacer bromas y recibirlas", te retrata Eli Soriano.

Sé reírme de mí misma. Es muy fácil encajar en un grupo tan abierto y alegre. Se nota que casi todas las jugadoras se conocen y juegan juntas desde hace tiempo. Alucino con cómo conectan Eli [Soriano] y [Paula] Tutusaus en la pista.

—Me cuentan que eres muy transparente y que no tienes filtro...

[Se ríe]. A veces eso va en mi contra... [Risas]. Se me escapan unas cosas...

—¿Se puede explicar la última?

[Risas]. Justo esa no te la puedo contar... [Nos reímos]. Tarde o temprano acabo diciendo lo que no se puede decir... Soy entrenadora de peques y alguna vez he soltado: "Ha venido tu abuelo a buscarte...". ¡Y era su padre! [Carcajadas]. Mi vida es una sucesión de escenas parecidas. Cada vez me callo más y mejor. Eso sí, si te equivocas, lo mejor es asumirlo y reírte de ti misma.

"Un... Dos... Tres... ¡Lima Horta!". Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

—Eli Soriano cree que necesitas ser más valiente y soltarte en algunos momentos.

Tiene razón. No es que juegue con tensión, pero a veces, por querer hacer muchas cosas, me acaba saliendo todo mal. Me cuesta demasiado relajarme y perdonarme los errores. Si fallo dos finalizaciones, me hierve la sangre... ¿Cuántas habré hecho en mi vida? A veces me equivoco más por no hacerlo que por hacerlo.

—Xènia Artiga no ha podido debutar con el Lima Horta Bàsquet. ¿Cómo la estáis ayudando?

Es una tía muy independiente y tranquila. Últimamente ya ha hecho algún calentamiento y el físico con nosotras. Aunque no pueda jugar por lesión, Xènia Artiga fomenta el buen rollo y es un apoyo constante.

—¿Quién fue tu madrina en el Segle XXI?

Me llevaba muy bien con Montse Brotons, a quien le tengo mucho cariño. Hablábamos mucho. ¡Y con Maria Barneda, Maria Martí, Sílvia Serrat e Irene Medel no podía parar de reírme! Están muy locas y son súper graciosas.

—"Cuando llegué al Segle XXI, veía por los pasillos a Nerea Hermosa, tan grande, y me daba miedo. Después estaban Anna Gamarra y Carmen Villalobos, las jefas de la generación, que te decían: "Recoge esto". Me daban mucho respeto", confiesa Elena Buenavida.

Carmen y yo no éramos las jefas de mi generación, que nunca tuvo grupitos. A mí simplemente me tocaba el papel de la grande borde que vigila que no pasen ciertas cosas. Si después de la advertencia se repetían, el siguiente paso era comunicárselo a Javi [Torralba] y eso era sinónimo de consecuencias. En mi primer año en la Blume si salía Paula Ginzo al pasillo a decirnos que nos calláramos, no me movía de la habitación en tres meses. [Risas].

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