Cronómetro de Récords: "En los grandes momentos Raquel Carrera es todavía más competitiva"

Anne Senosiain, Cristina Cantero, Carlos Colinas, Nacho Silva, Rubén Burgos, José Luis Guede, Tania Pérez e Itziar Germán retratan a la pívot gallega, que con 19 años ha debutado con la selección absoluta en el Eurobasket de España y Francia

Raquel Carrera. Foto: Alberto Nevado / FEB.

Toni Delgado (@ToniDelgadoG) #baloncestofemenino #EuroBasketWomen #EuroBasketWomen2021

Raquel Carrera (Ourense, 2001) siempre ha convivido con naturalidad con las expectativas. Cuando la entrevisté a finales de 2017, me impactó que con 16 años tuviese esa determinación en la pista y tanta confianza ante la grabadora.

—Sé que te preguntan mucho por tu futuro. No seré menos: ¿en qué tienes que mejorar para llegar a la selección absoluta? –le cuestioné.
Recuerdo su mirada. Era una mirada inocente y segura. Tímida y alegre.
—Debo mantenerme con los pies en la tierra y seguir trabajando duro cada día. Si continúo mejorando, podré llegar. Insistiré hasta conseguirlo sí o sí –respondió Raquel Carrera.

De nuevo otra sonrisa.

"Nunca se ha cansado de dejarse el alma para ser mejor y nunca lo hará porque su esencia es el trabajo diario sin obcecarse en las expectativas", asegura Anne Senosiain, con quien coincidió en el Celta.

A nadie que conozca bien a Raquel Carrera le sorprende que, con sólo 19 años, siete meses y 17 días, haya debutado en el Eurobasket de España y Francia. Alexandria Bentley, con una canasta a penúltima hora, se encargó de que el estreno de la pívot del Valencia Basket con la selección absoluta en un gran torneo fuese agridulce. Bielorrusia superó por 53-51 a una España encogida en ataque (29,7% en tiros de campo) y omnipresente en defensa. A Raquel Carrera también le faltó puntería (cuatro puntos, 1/5 en lanzamientos), pero tuvo un notable papel atrás.

"Es el pegamento para un equipo porque no necesita el balón y siempre está en el sitio correcto. Se mueve muy bien por espacios y suma en todos los rincones de la pista", la retrata Cristina Cantero, que la dirigió en el Celta, en Liga Femenina 2. A la entrenadora cordobesa le fascina la actitud de su expupila: "Cuando Raqui recibía un codazo en el entrenamiento... ¡Se reía! Le salgan o no las cosas, su expresión corporal es casi siempre la misma. Disfruta".

Raquel Carrera llevando en los brazos a su excompañera Izaskun Garcia. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

El rendimiento de Raquel Carrera no depende de si es o no titular ni de si sale con el marcador a favor o en contra. "Siempre está preparada. Se adapta a lo que toca y le pide el juego. Muestra naturalidad en la pista y normalidad fuera. No es fácil digerir que te pasen tantas cosas seguidas y tan rápido", apunta Carlos Colinas, director general del Celta. Rubén Burgos, su entrenador en el Valencia Basket, va más allá: "En los grandes momentos es cuando aparece una Raquel Carrera todavía más competitiva, concentrada y resolutiva, y eso sólo está al alcance de las jugadoras que han nacido para esto".

La pívot internacional tiene un don natural para el baloncesto, es incansable e inconformista y ha crecido en los entornos propicios y con grandes profesionales que le han proporcionado las herramientas adecuadas. A Raquel Carrera la pulieron en el Celta, un club que sabe encontrar el equilibrio entre lo que necesitan las jugadoras para su futuro y las necesidades del equipo en ese momento.

La pívot del Valencia Basket en una acción del España-Bielorrusia. Foto: Alberto Nevado / FEB.

"Nos habría gustado trabajar más con ella, pero la tuvimos cuando iba al instituto y casi todas sus mañanas estaban ocupadas", reconoce Cristina Cantero. En Vigo pulieron su coordinación, técnica de carrera... Le dieron "unos mínimos" para que estuviese cómoda en los espacios, en los movimientos interiores, para que alargase su tiro...

Cuando llegó al Celta, para Raquel Carrera su cuerpo era todavía un misterio. Si le dolía un gemelo, no sabía por qué, y no se dio cuenta de que tenía una rotura fibrilar en el glúteo hasta la tercera semana. Era una adolescente. "Estaba muy verde en muchas cosas, que suplía con carácter y mentalidad competitiva, y mucho trabajo", recuerda Nacho Silva, su entrenador en el júnior, ayudante del sénior y con quien pasó muchísimas horas de trabajo individual.

Raquel Carrera, una referente para la cantera. Foto cedida por Anne Senosiain.

Aunque hablamos por teléfono, no cuesta imaginarse a Nacho Silva con los ojos brillantes. Fue uno de los primeros entrenadores de Raquel Carrera y tiene una memoria privilegiada. Recuerda como si fuera ayer lo que transmitía la jugadora en la pista cuando la dirigió en la selección gallega mini: "Medía casi 1,80 y, aunque todavía no controlaba su cuerpo... ¡Se comía la pista cuando salía! Para mí su mayor virtud es un talento competitivo fuera de lo normal".

A mediados de abril, Atlanta Dream la escogió en el puesto 15 del draft de la WNBA, la mejor marca de una jugadora española. Raquel Carrera utilizó cuatro emoticonos de fuego para agradecer la confianza a su futuro equipo en la Liga estadounidense, que se juega en verano. "¿Si lo hará bien en la WNBA cuando decida ir? Yo creo que lo hará bien allá donde vaya. Se merece estar en la absoluta y creo que va a ser una pieza importante. Raqui tiene mucho margen de mejora. No le veo techo. Nunca le ha pesado la responsabilidad", sigue Nacho Silva.

Un abrazo muy sincero entre Tania Pérez y Raquel Carrera. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

En su estreno en el Valencia Basket ha tenido un plan de mejora individual con Santi Pérez, ayudante de Rubén Burgos, sobre aspectos ofensivos y finalizaciones, ha ampliado su rango de tiro, y ha sabido defender a 4 y 5. Se ha adaptado a cuanto le han pedido. Es rápida, ágil y tiene una gran capacidad para fintar. A Raquel Carrera no le templó el pulso para meter los dos tiros libres que le dieron al club la Eurocup, su primer título.

La pívot gallega celebra la Eurocup con Queralt Casas. Foto: FIBA Europe.

"En un 1x1 tratará de resolver, pero ahora mismo Raquel Carrera es mucho más eficaz en el juego por espacios, el 2x2, apareciendo... Comprende y observa el juego muy bien", interviene Cristina Cantero. "Nació con ese sexto sentido que no se puede enseñar. En sus dos últimos años con el primer equipo en Liga Femenina 2 era una júnior que intuía las acciones medio segundo antes. Era y es un descubrimiento constante. Las habrá mejores y más resolutivas, pero el baloncesto español no ha tenido nunca una jugadora de su perfil. Mejora todo lo que toca y su incidencia en la pista es tan grande que a veces te pierdes algunos detalles que sí que recoge la estadística", interviene Carlos Colinas.

Quienes la conocen bien destacan que a Raquel Carrera le encanta escuchar y observar. "Absorbe todo lo bueno y aparta lo que la pueda descentrar. He intentado ayudarla y darle los consejos precisos, pero sin molestarla ni interrumpir su desarrollo personal. Cuando necesita ayuda, no tiene ningún problema en mostrarse vulnerable y decirlo. Es un acto de madurez y valentía", aporta Rubén Burgos, su entrenador en el Valencia Basket.

Risas en el Celta. Foto: Anne Senosiain.

En el Colegio San José, en Ourense, fue donde la pívot gallega empezó a jugar a baloncesto. José Luis Guede, el director del centro, le dio clases de Geografía e Historia los dos primeros años de secundaria, antes de que la pívot se marchase a Vigo: "Apostamos por una educación basada en el trabajo cooperativo y Raquel sabía trabajar en grupo y echaba una mano cuando hacía falta. A veces sacaba de apuros a sus compañeros y compañeras en las exposiciones orales, que es donde más apuros te surgen cuando eres joven. Era una alumna brillante, educada, generosa, natural y madura".

"Cuando la conocí, me impactó su madurez, su inteligencia y, sobre todo, su humildad dentro y fuera de la pista", destaca Tania Pérez, con quien Raquel Carrera coincidió en el Araski, su primer equipo en Liga Femenina Endesa y en el que jugó cedida por el Valencia Basket. Las dos temporadas anteriores se había quedado a un partido de ascender a la élite con el Celta. Hubo quien la descubrió en la Copa de la Reina de Salamanca de 2020 por su extraordinaria defensa a Nikolina Milic en cuartos de final ante el Gernika.

Raquel Carrera y el ya famoso cortacésped. Foto: Anne Senosiain.

"Raquel llena mucho. Era quien ponía la marcha en el vestuario y en los autobuses. Es una excelente compañera que sabe rápido si estás bien o mal. Diría que no he vuelto a compartir equipo con una jugadora como ella, única. En la pista nos entendíamos con una mirada y fuera hemos pasado y pasaremos grandes momentos", recuerda Anne Senosiain, que no se olvida de cuánto se rieron en A Pousa, el pueblo de Raquel Carrera, subidas a un cortacésped. "Ella casi no cabía porque era muy pequeño. Fue súper gracioso. Nos lo pasamos genial", amplía Anne Senosiain.

"No importa cómo vayan las cosas. Cuando la miras, Raquel te tranquiliza y te transmite confianza. Sabes que todo va a salir bien", concluye su excompañera Itziar Germán.

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